Suelos debajo de un paquete de conglomerados

Otura

Otura-2

            

Descripción del perfil

Se trata de un suelo que ha sido decapitado. Se ha perdido el horizonte A en su totalidad y gran parte del Bt. Suelo gravoso con una textura franca arcillo arenosa en el horizonte B y franca en el C. Con abundantes carbonatos especialmente en el C. El horizonte B presenta una clara acumulación de arcilla frente al horizonte inferior. Debe tratarse de un Bt (a confirmar en el estudio micromorfológico) y por la presencia de carbonatos de carácter secundario (presencia de micelios) podemos clasificar a este horizonte como Btk y al encontrase enterrado será definitivamente un Btkb.

El horizonte Btkb es de fuerte color rojo mientras que el Ckb es intensamente amarillo.

Hor.

Prof. (cm)

Descripción macromorfológica

Btkb

Ckb

0-39

39-43

Color rojo (2,5YR 4/6) en seco y rojo (2,5YR 4/8) en húmedo. Textura franca arcillo arenosa. Estructura en bloques angulares. Calcáreo, con pequeñas formaciones de nódulos y micelios de carbonatos. Frecuentes gravas. Límite brusco e inclinado.

Color amarillo rojizo (5YR 7/6) en seco y rojo amarillento (5YR 5/6) en húmedo. Textura franca. Estructura masiva. Fuertemente calcáreo y parcialmente cementado. Abundantes gravas.

Características climáticos (paleoclima)

Los Suelos Rojos Mediterráneos son típicos de las regiones de clima mediterráneo, localizadas en latitudes medias (30º-40º) bordeando las costas y extendiéndose raramente más allá de unos cientos de kilómetros tierra adentro. En general, estas regiones están limitadas por los desiertos de latitudes bajas y por las franjas templadas-húmedas de latitudes medias. El clima mediterráneo se caracteriza por inviernos húmedos y frescos y veranos cálidos y secos. Típicamente, se presenta en las regiones que rodean el Mar Mediterráneo, pero también en la costa central de California, Chile central, algunas áreas del sur y suroeste de Australia y en la zona más meridional de Sudáfrica. La temperatura media anual varía entre 10ºC y 20ºC, existiendo un fuerte contraste entre las temperaturas estivales e invernales. Desde el punto de vista del suelo, no es la precipitación total anual el parámetro más importante (de 200 a 1000 mm), sino su distribución estacional. La precipitación invernal triplica a la estival. Este fuerte contraste estacional de la precipitación da lugar a que el suelo permanezca seco durante el verano, a menudo durante varios meses, y sirve de base para definir el régimen de humedad xérico.

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