Un cambio textural abrupto es un tipo específico de cambio que puede ocurrir entre un epipedón ócrico o un horizonte álbico y un horizonte argílico. Se caracteriza por un incremento considerable en el contenido de arcilla dentro de una distancia vertical muy corta en la zona de contacto.
Características Requeridas
Si el contenido de arcilla en la fracción de tierra-fina del epipedón ócrico o del horizonte álbico es
1. menor de 20 por ciento, este se duplica dentro de una distancia vertical 7.5 cm o menos,
2. un 20 por ciento o más, existe un incremento de 20 por ciento (absoluto) dentro de una distancia vertical de 7.5 cm o menos (por ejemplo: de 22 a 42 por ciento) y el contenido de arcilla, en alguna parte del horizonte argílico, es dos veces ó más la cantidad del horizonte suprayacente.
Se refiere al carbonato de calcio autígeno en movimiento, que se ha precipitado en un lugar a partir de la solución del suelo más que heredado del material parental, tal como en los loess o glaciales calcáreos.
Los carbonatos secundarios identificables pueden destruir la estructura del suelo para formar masas, nódulos, concreciones o agregados esféricos (ojos blancos) que son suaves y pulverulentos cuando secos; o pueden estar presentes como revestimientos en poros, sobre caras estructurales o sobre los lados internos de fragmentos de rocas o para-rocas. Si se presentan como revestimientos, los carbonatos secundarios cubren una parte significativa de las superficies. Es común que revistan toda la superficie con un espesor total de 1 mm o más, pero si existe una pequeña cantidad de carbonatos de calcio en el suelo, las superficies pueden estar sólo parcialmente cubiertas. Los revestimientos deberán ser lo suficientemente espesos para ser visibles cuando húmedos.
Algunos horizontes están completamente absorbidos por carbonatos. El color de estos horizontes está determinado en gran medida, por los carbonatos. Los carbonatos en estos horizontes están dentro del concepto de carbonatos secundarios identificables.
Es común que los filamentos observados en horizontes calcáreos secos esten dentro del significado de carbonatos secundarios identificables, si son lo suficientemente gruesos para ser visibles cuando el suelo está húmedo. Los filamentos comúnmente son ramificaciones sobre las caras estructurales.
Los minerales resistentes son minerales durables de la fracción de 0.02 a 2.0 mm. Ejemplos son: cuarzo, zircón, turmalina, berilio, anatasa, rutilo, óxidos e hidróxidos de hierro, filosilicatos dioctahédricos 1:1 (kanditas), gibbsita e hidróxi-aluminos interlaminados 2:1.
Ejemplos de minerales que están incluidos en el significado de minerales intemperizables son: todos los filosilicatos 2:1, clorita, sepiolita, paligorskita, alofano, filosilicatos trioctahédricos 1:1 (serpentinas), feldespatos, feldespatoides, ferromagnesianos, vidrios, zeolitas, dolomitas y apatita, en la fracción de 0.02 a 2.0 mm.
Obviamente, está definición de “minerales intemperizables” es restrictiva. La intención es incluir, en la definición de horizontes de diagnóstico y en varias taxa, solo aquellos minerales intemperizables que son inestables en un clima húmedo comparados con otros minerales, como el cuarzo y las arcillas con látices 1:1, que son más resistentes al intemperismo que la calcita. La calcita, agregados carbonatados, yeso y halita no se consideran minerales intemperizables porque son móviles en el suelo. Ellos pueden ser abundantes en suelos de otro modo fuertemente intemperizados.
Las caras de deslizamiento son superficies pulidas y en general tienen dimensiones que exceden a 5 cm. Se producen cuando una masa de suelo se desliza sobre otra. Algunas caras de deslizamiento ocurren en el límite inferior de una superficie resbaladiza donde la masa de suelo se mueve hacia abajo sobre una pendiente relativamente fuerte. Las caras de deslizamiento resultan directamente de la expansión de minerales arcillosos y el corte de la falla. Son muy comunes en arcillas expandibles que sufren cambios marcados en el contenido de humedad.
Los suelos con condiciones ácuicas (L. aqua, agua) son aquellos que actualmente presentan una saturación en agua con reducción continua o periódica.
La descripción de las condiciones ácuicas en esta txonomia so realmente complejas de una manera muy simplista podemos pensar en horizontes grisaceos, verdosos o azulados de bajos cromas (hidromorfía intensa por mantos freáticos, proceso de gleyzación; gleysoles en la WRB FAO) u horizontes abigarrados de zonas entremezcladas de colores grises y otros rojizos (hidromorfía temporal, típicamente por agua pluvial colgada, proceso de pseudogleyzación; estagnosoles de la WRB FAO). Ambas situacines darían Aqualfs, Aquults, Aquents, Aquepts y Aquolls.
La presencia de tales condiciones es indicada por rasgos redoximórficos, excepto en los Histosols e Histels, y pueden verificarse por la medición de la saturación y la reducción, excepto en suelos drenados artificialmente.
Elementos de condiciones ácuicas son los siguientes:
1. Saturación caracterizada por una presión de cero o positiva en el agua del suelo y puede ser determinada, en general, observando el agua libre en un hoyo de barrena no alineado. Sin embargo, pueden surgir problemas en suelos arcillosos agregados, donde el hoyo de la barrena no alineado puede llenarse con agua que fluye a lo largo de las caras de los agregados mientras que la matriz del suelo está y permanece no saturada (flujo de paso). Tal agua libre puede sugerir incorrectamente la presencia de un nivel de agua, aunque el verdadero nivel de agua se encuentre a una mayor profundidad. Por lo que se recomienda el uso de piezómetros o tensiometros bien sellados para medir la saturación. Sin embargo y a pesar de ello, se pueden presentar problemas, si el agua corre dentro de los cortes del piezómetro cerca de la parte inferior del hoyo del piezómetro o si se usan tensiómetros con manómetros que reaccionan lentamente. El primer problema puede ser resuelto por el uso de piezómetros con cortes muy pequeños y el segundo, por el uso de tensiometría transductora, los cuales reaccionan más rápidamente que los manómetros. Los suelos se consideran mojados, si tienen una presión principal mayor a -1 kPa. Solamente los macroporos tales como las grietas, los agregados o los canales están llenos de aire y la matriz del suelo está usualmente saturada. Obviamente, la medición exacta del estado de humedecimiento se puede obtener sólo con tensiómetros. Para propósitos operacionales, el uso de piezómetros se recomienda como un método estándar.
La duración de la saturación que se requiere para crear condiciones ácuicas es variable, depende del ambiente del suelo y no está especificado.
Se han definido tres tipos de saturación:
a. Endosaturación.--El suelo está saturado con agua en todas las capas a partir del límite superior de saturación hasta una profundidad de 200 cm o más de la superficie del suelo mineral.
b. Episaturación.--El suelo está saturado con agua en una o más capas dentro de los 200 cm de la superficie del suelo mineral y también tiene una o más capas no saturadas, con un limite superior arriba de los 200 cm de profundidad, y por abajo de la capa saturada, es decir, el nivel freático está localizado sobre una capa relativamente impermeable.
c. Saturación Ántrica.--Este término se refiere a un tipo especial de condiciones ácuicas que ocurren en suelos que están cultivados e irrigados (riego por inundación). Los suelos con condiciones antrácuicas deberán cumplir los requisitos para condiciones ácuicas y en adición tienen ambas de las siguientes:
(1) Una capa superficial cultivada e inmediatamente subyace una capa con permeabilidad lenta que tiene, para 3 meses o más en años normales, ambas:
(a) Saturación y reducción; y
(b) Un croma en la matriz de 2 o menos; y
(2) Un horizonte subsuperficial con una o ambas de las siguientes:
Empobrecimientos redox con un color del value, en húmedo, de 4 o más y un croma de 2 o menos en macroporos; o
(b) Concentraciones redox de hierro; o (c) 2 veces o más cantidad de hierro (por ditionito citrato) que la contenida en la capa superficial cultivada.
2. El grado de reducción en un suelo se puede caracterizar por la medición directa de los potenciales redox.
Las mediciones directas deberán tomar en cuenta los equilibrios químicos como se expresan en los diagramas de estabilidad en los libros de texto de suelos. Los procesos de oxidación y reducción también son una función del pH del suelo. Medidas exactas del grado de reducción en los suelos son difíciles de obtener. En el contexto de esta taxonomía, sin embargo, se considera solamente el grado de reducción que resulte del hierro reducido, ya que produce rasgos visibles redoximórficos que se identifican en las claves.
Se dispone de una prueba de campo simple para determinar si se presentan iones de hierro reducido. Una muestra fresca de suelo saturada en condiciones de campo es quebrada y sobre una de las superficies recientemente expuesta se le aplica una solución de dipiridil- alfa, alfa neutral, con acetato de amonio 1-normal. El surgimiento de un color rojo intenso sobre la superficie recientemente expuesta, indica la presencia de iones de hierro reducidos. Una reacción positiva a la prueba de campo para hierro ferroso con dipiridil-alfa, alfa (Childs, 1981), se puede usar para confirmar la existencia de condiciones de reducción y es especialmente útil en situaciones en donde, a pesar de la saturación, los indicadores morfológicos normales de tales condiciones estén ausentes o enmascarados (como por los colores obscuros característicos de los grandes grupos melánicos). Una reacción negativa, no implica sin embargo, que las condiciones de reducción estén siempre ausentes. Lo anterior puede significar que el nivel de hierro libre en el suelo este por abajo del límite de la sensitividad de la prueba o que el suelo esté en una fase de oxidación en el momento de la prueba. El uso del dípiridil- alfa, alfa en una solución de ácido acético al 10 por ciento, no se recomienda porque es común que el ácido cambie las condiciones del suelo; por ejemplo, puede disolver al CaCO3.
No se ha especificado aún la duración requerida de reducción para crear las condiciones ácuicas.
3. Los rasgos redoximórficos asociados con el humedecimiento, resultan de períodos alternos de reducción y oxidación de los compuestos de hierro y manganeso en el suelo. La reducción ocurre durante la saturación con agua y la oxidación cuando el suelo no esta saturado. Los iones de hierro y manganeso en forma reducida son móviles y se pueden transportar por el agua, que es la forma como se mueven en el suelo. Ciertos patrones redox ocurren como una función de los patrones de acarreo por el agua de los iones a través del suelo y como una función de la localización de las zonas aireadas del suelo. Los patrones redox también están afectados por el hecho de que el ión manganeso se reduce más rápidamente que el hierro; mientras que el hierro se oxida más rápidamente al airearse. Estos procesos originan patrones de colores característicos. Los iones reducidos de hierro y manganeso se pueden remover de los suelos, si ocurren flujos de agua verticales o laterales; en tales casos no existe precipitación de hierro y manganeso en esos suelos. Cuando el hierro y el manganeso están oxidados y precipitados, formarán masas suaves o concreciones duras o nódulos. El movimiento del hierro y manganeso como resultado de procesos redox en un suelo puede originar rasgos redoximórficos que se definen a continuación:
a. Concentraciones redox.--Son zonas de acumulación aparente de óxidos de Fe-Mn, que incluyen:
(1) Nódulos y concreciones, que son cuerpos cementados que pueden removerse en forma intacta del suelo. Las concreciones se distinguen de los nódulos con base en su organización interna. Una concreción típicamente tiene capas concéntricas visibles a simple vista. Es común que los nódulos no tengan una estructura con organización interna visible. Los límites son difusos si se forman in situ y son abruptos después de la pedoturbación. Los límites abruptos pueden ser rasgos de relíctos en algunos suelos; y
(2) Masas que son concentraciones de sustancias no cementadas dentro de la matriz; y
(3) Revestimientos de poros, es decir, zonas de acumulación a lo largo de los poros que pueden estar revistiendo a las superficies o impregnando a la matriz adyacente a los poros.
b. Empobrecimientos redox.--Son zonas de bajo croma (cromas menores a los de la matriz) donde los óxidos de Fe-Mn solos o en combinación con la arcilla han sido eliminados incluyendo:
(1) Empobrecimientos de hierro, es decir, zonas con bajos contenidos de óxidos de Fe y Mn, pero tienen un contenido de arcilla similar al de la matriz adyacente (con frecuencia son referidos como albanes o neoalbanes); y
(2) Empobrecimientos de arcilla, es decir, zonas que contienen bajas cantidades de Fe, Mn, y arcilla (con frecuencia son referidos: como revestimientos o esqueletanes de limo).
c. Matriz reducida.--Esta es una matriz de suelo que tiene bajo croma in situ, pero que al menos cambia en el hue o en el croma dentro de los primeros 30 minutos después de que ha sido expuesto el material del suelo al aire.
d. En suelos que no tienen rasgos redoximórficos visibles, pero la reacción a la solución dipiridil- alfa, alfa satisface los requisitos de rasgos redoximórficos.
La experiencia de campo indica que no es posible definir un conjunto específico de rasgos redoximórficos que sean la única característica de todo el taxa en una categoría particular. Por lo tanto, los patrones de colores que sean únicos para taxa específicos se mencionan en las claves.
Las condiciones antrácuicas son una variante de la episaturación y están asociadas con inundaciones controladas (para cultivos tales como el arroz y el arándano agrio), las cuales causan procesos de reducción en la parte saturada, en la superficie encharcada del suelo y oxidación de las formas reducidas de hierro y manganeso y su movilización del subsuelo no saturado.
Las discontinuidades litológicas son cambios significativos en la distribución del tamaño de partículas o en la mineralogía que representan diferencias en la litología dentro de un suelo. Una discontinuidad litológica también puede denotar una diferencia de edades.
Varias evidencias se pueden usar para evaluar a las discontinuidades litológicas, además, de las diferencias texturales y mineralógicas que requieren estudios de laboratorio. Ellas incluyen a las siguientes, aunque es conveniente mencionar que no son las únicas:
1. Contactos texturales abruptos en los contenidos en gravas.--No existe un acuerdo generalizado sobre el grado de cambio que se requiere para definir las discontinuidades litológicas, pero un cambio entre dos horizontes continuos del 50% parece ser un limite adecuado.
2. Tamaños contrastantes de arenas.--Se pueden detectar cambios significativos en el tamaño de las arenas. Por ejemplo, si el material contiene principalmente arena media o arena fina y abruptamente esta sobrepuesto un material que contiene arena gruesa o arena muy gruesa, se puede asumir que existen dos materiales diferentes. Aún cuando, los materiales puedan tener una mineralogía similar, el tamaño contrastante de las arenas es el resultado de una diferencia en las energías en el momento de su depositación por agua y/o por viento.
3. Litología del lecho rocoso v.s. litología de fragmentos rocosos en el suelo.--Si un suelo con fragmentos rocosos sobreyace a un contacto lítico, se puede esperar que los fragmentos rocosos tengan una litología similar a la del material de abajo del contacto lítico. Pero, si muchos de los fragmentos rocosos no tienen la misma litología como la del lecho rocoso subyacente, el suelo no se derivó completamente del lecho rocoso subyacente.
4. Líneas de piedras.--La ocurrencia de una línea horizontal de fragmentos rocosos en la secuencia vertical de un suelo indica que este se pudo haber desarrollado en más de una clase de material parental. El material por encima de la línea de piedras es probable que haya sido transportado y que el material de abajo tenga un origen diferente.
Un contacto lítico es un límite entre el suelo y un material subyacente coherente. Excepto en los subgrupos Ruptic-Lithic, el material subyacente deberá ser virtualmente continuo dentro de los límites de un pedón. Las grietas que pueden ser penetradas por las raíces son pocas y su espaciamiento horizontal deberá ser de 10 cm o más. El material subyacente debe ser lo suficientemente coherente, en húmedo, para que sea impracticable excavarlo manualmente con una pala, aunque el material puede ser astillado o raspado con la pala. El material que está abajo del contacto lítico deberá tener una clase de resistencia a la ruptura de fuertemente cementado o extremadamente cementado. Es común que, el material este endurecido. El material subyacente considerado aquí, no incluye a horizontes de diagnóstico de suelos, tales como un duripán o un horizonte petrocálcico.
Un contacto lítico es un diagnóstico a nivel de subgrupo si se encuentra dentro de los 125 cm de la superficie en los Oxisols y dentro de los 50 cm superficiales de los otros suelos minerales. En suelos orgánicos el contacto lítico deberá estar dentro de la sección de control para ser reconocido a nivel de subgrupo.
Un contacto paralítico (parecido a lítico) es un contacto entre el suelo y materiales paralíticos donde los materiales paralíticos no tienen grietas o el espaciamiento entre grietas donde pueden penetrar raíces es de 10 cm o más.
Los materiales paralíticos son materiales relativamente inalterados (no reúnen los requisitos para cualquier otro horizonte de diagnóstico nombrado o alguna de las otras características de diagnóstico del suelo), con una clase de resistencia a la ruptura de débil a moderadamente cementados. La cementación, densidad aparente y organización, son tales que las raíces no pueden penetrar excepto por las grietas. Los materiales paralíticos tienen, en su límite superior, un contacto paralítico, si no tienen grietas o si el espaciamiento entre grietas por las que las raíces penetran es 10 cm o más. Es común que, estos materiales sean lechos rocosos parcialmente intemperizados o lechos rocosos débilmente consolidados, tales como areniscas, pizarras o esquistos. Los materiales paralíticos se pueden usar en la diferenciación de series de suelos, si los materiales están dentro de la sección de control de las series. Los fragmentos de materiales paralíticos de 2.0 mm o más de diámetro están referidos como fragmentos de para-rocas.
Un contacto dénsico (L. densus, grueso) es un contacto entre el suelo y materiales dénsicos (definidos posteriormente). No tiene grietas o el espaciamiento entre las grietas en las que las raíces pueden penetrar es de 10 cm o más.
Los materiales dénsicos son materiales relativamente no alterados (no reúnen los requisitos de ningún horizonte de diagnóstico nominado o cualquier otra característica de diagnóstico del suelo), con una clase de resistencia a la ruptura no cementada. La densidad aparente o su organización es tal que las raíces no pueden penetrar, excepto por las grietas.
Existen principalmente materiales terrestres, como si estuvieran labrados de flujos de lodo volcánico y algunos materiales compactados mecánicamente, por ejemplo en los cortes de minas. Algunas rocas no cementadas pueden ser materiales dénsicos si son lo suficientemente densos o resistentes para no permitir que las raíces penetren, excepto por las grietas.
Los materiales dénsicos no están cementados y así difieren de los materiales paralíticos y de los materiales que se ubican debajo de un contacto lítico, que están cementados.
Los materiales dénsicos tienen, en su límite superior, un contacto dénsico si no tienen grietas o el espaciamiento entre grietas por las que las raíces penetran es de 10 cm o más. Estos materiales pueden ser usados para la diferenciación de series de suelos, si los materiales están dentro de la sección de control de las series.
El coeficiente de extensibilidad lineal (COLE) es la relación de la diferencia entre la longitud en húmedo y la longitud en seco de un terrón respecto a su longitud en seco. Esto es (Lh-Ls)/Ls, donde Lh es la longitud a una tensión de 33 kPa y Ls es la longitud en seco.
Se puede calcular el COLE a partir de las diferencias entre la densidad aparente de un terrón cuando húmedo y cuando seco. También se puede estimar el COLE. en campo midiendo la distancia entre dos alfileres de un terrón de suelo no alterado a capacidad de campo y posteriormente midiéndola en el terrón seco. El COLE no se aplica si la contracción es irreversible.
La extensibilidad lineal (EL) ayuda a predecir el potencial de expansión y contracción de un suelo.
La EL de una capa de suelo es el producto del espesor, en cm, multiplicado por el COLE de la capa en cuestión. La EL de un suelo es la suma de esos productos para todos los horizontes.
El valor n (Pons y Zonneveld, 1965) caracteriza la relación entre el porcentaje de agua en el suelo bajo condiciones de campo y sus porcentajes de arcilla inorgánica y humus. El valor de n es útil para predecir si un suelo puede ser pastoreado por el ganado o puede soportar otras cargas y para predecir el grado de subsidencia que puede ocurrir después del drenaje.
Para materiales minerales de suelo que no sean tixotrópicos, el valor de n se puede calcular con la siguiente fórmula:
n = (A – 0.2 R)/(L+3H)
En esta fórmula, A es el porcentaje de agua en el suelo en condiciones de campo, calculado en base al peso del suelo seco; R es el porcentaje de limo más arena; L es el porcentaje de arcilla; y H es el porcentaje de materia orgánica (carbono orgánico x 1.724).
Se dispone de pocos datos en Estados Unidos para calcular el valor de n, pero el valor crítico de n de 0.7 se puede aproximar en campo a través de una prueba simple: exprimiendo una masa de suelo con la mano. Si el suelo fluye con dificultad entre los dedos, el valor de n está entre 0.7 y 1.0; si el suelo fluye fácilmente entre los dedos, el valor de n es de 1 o mayor (moderadamente fluida o muy fluida son sus clases de falla).
Los materiales álbicos (L. albus, blanco) son materiales de suelo cuyo color está determinado por el color de las partículas primarias de arena y limo, más que por el color de sus revestimientos. La definición implica que la arcilla y/o los óxidos de hierro libres han sido removidos de los materiales o que los óxidos han sido segregados a tal grado que el color de los materiales está determinado en gran medida por el color de las partículas primarias.
1. Un croma de 2 o menos; y
a. Un color del value, en húmedo, de 3 y un color del
value, en seco, de 6 o más, o
b. Un color del value, en húmedo, de 4 o más y un
color del value, en seco, de 5 o más, o
2. Un croma de 3 o menos; y
a. Un color del value, en húmedo, de 6 o más; o
b.Un color del value, en seco, de 7 o más; o
3. Un croma que está controlado por el color de los granos no revestidos de limo o arena, un hue de 5YR o más rojizo y el color del value como los listados en 1-a y en 1-b.
No se consideran como materiales álbicos, las capas relativamente inalteradas de arenas de colores claros, cenizas volcánicas u otros materiales depositados por el agua o por el viento, aún cuando puedan tener el mismo color y morfología aparente. Esos depósitos son materiales parentales que no han sufrido una remoción de arcilla y/o hierro libre y no están sobrepuestos a un horizonte iluvial u otro horizonte del suelo, excepto un suelo enterrado.
Las propiedades ándicas de suelo se forman comúnmente durante el intemperísmo de tefras u otros materiales parentales que contienen cantidades significativas de vidrio volcánico. Suelos que están en climas fríos húmedos y que contienen abundante carbono orgánico, pueden desarrollar propiedades ándicas sin la influencia del vidrio volcánico. En esta taxonomía, al grupo de minerales vítreos y vítreos- recubiertos ricos en sílice se le denomina vidrio volcánico. Estos materiales son relativamente solubles y sufren una transformación rápida cuando los suelos están húmedos. Las propiedades ándicas de suelo representan una etapa de transición donde el intemperísmo y la transformación de alumino-silicatos primarios (por ej. vidrio volcánico) han llegado al punto de formar materiales de rango-corto, tales como alofano, imogolita, ferrihidrita o complejos metal- humus.
El concepto de propiedades ándicas de suelo incluye a materiales de suelo moderadamente intemperizados, ricos en materiales de rango-corto o complejos metal-humus, o ambos, con o sin vidrio volcánico (característica requerida 2) y suelo débilmente intemperizados, menos rico en materiales de rango-corto pero con vidrio volcánico (característica requerida 3).
Las cantidades relativas de alofano, imogolita, ferrihidrita o complejos metal-humus en la fracción coloidal son inferidas a partir de análisis de laboratorio de aluminio, hierro y sílice extraídos con oxalato de amonio, y a partir de la retención de fosfato.
Los científicos de suelo pueden usar la untuosidad o el pH en floruro de sodio (NaF) 1 N, como indicadores de campo de las propiedades ándicas de suelo.
El contenido de vidrio volcánico es el porcentaje de vidrio volcánico (por conteo de granos) en la fracción de arena y limo grueso (0.02 a 2.0 mm). La mayoría de los materiales de suelo con propiedades ándicas consisten de materiales minerales de suelo, pero algunos son materiales orgánicos de suelo con menos de 25 por ciento de carbono orgánico.
Los materiales de suelo con propiedades ándicas deberán tener una fracción de tierra-fina que cumpla con los siguientes requisitos:
1. Menos de 25 por ciento de carbono orgánico (por peso) y una o ambas de las siguientes:
2. Todas las siguientes:
a. Una densidad aparente, medida a una retención de agua de 33 kPa, de 0.90 g/cm3 o menos; y
b. Una retención de fosfato de 85 por ciento o más; y
c. Un contenido de Al + ½ Fe (por oxalato de amonio) igual a 2.0 por ciento o más; o
3. Todas las siguientes:
a. 30 por ciento o más de la fracción de tierra-fina es de un tamaño entre 0.02 y 2.0 mm; y
b. Una retención de fosfato de 25 por ciento o más; y
c. Un contenido de Al + ½ Fe (por oxalato de amonio) igual a 0.4 por ciento o más; y
d. Un contenido de vidrio volcánico de 5 por ciento o más; y
e. El contenido de Al + ½ Fe, en porcentaje por (15.625) + [contenido de vidrio volcánico, en porcentaje] = 36.25 o más.
Los durinoides (L. durus, duro y nodus, nudo) son nódulos de ligeramente cementados a endurecidos, con 1 cm o más de diámetro. El cementante es SiO2, presumiblemente ópalo y formas microcristalinas de sílice. Se desmoronan en KOH concentrado, después de un tratamiento con HCl para remover carbonatos, pero no se desmoronan solo con HCl concentrado. Los durinoides son firmes o muy firmes y quebradizos en húmedo, tanto antes como después de tratarlos con ácido. La mayoría de los durinoides son más o menos concéntricos cuando se observan en secciones transversales y son acumulaciones concéntricas de ópalo visibles con una lupa.
Las propiedades frágicas de suelo son esencialmente las propiedades de un fragipán, pero no tienen los requisitos de espesor de la capa, ni el volumen para ser un fragipán. Las propiedades frágicas de suelo están en horizontes subsuperficiales, aunque pueden estar en o cerca de la superficie en suelos truncados. Los agregados con propiedades frágicas de suelo tienen una clase de resistencia a la ruptura de firme a muy firme y son quebradizos cuando el suelo está en o cerca de la capacidad de campo. Los fragmentos de fábrica natural, secados al aire, de 5 a 10 cm de diámetro, se desmoronan cuando son sumergidos en agua. Los agregados con propiedades frágicas de suelo muestran evidencias de pedogénesis, que incluyen una o más de las siguientes: arcillas orientadas dentro de la matriz o sobre las caras de los agregados, rasgos redoximórficos dentro de la matriz o sobre las caras de los agregados, estructura del suelo de fuerte a moderada y revestimientos de materiales álbicos o granos de limo y arena sin revestimientos sobre las caras de los agregados o en vetas. Los agregados con estas propiedades se consideran que tienen propiedades frágicas de suelo a menos que su densidad o ruptura no sean pedogenéticas.
Los agregados del suelo con propiedades frágicas deberán:
1. Mostrar evidencias de pedogénesis dentro de los agregados o, por lo menos, sobre las caras de los agregados; y
2. Desmoronarse los fragmentos de fábrica natural secados al aire, de 5 a 10 cm de diámetro, cuando sean sumergidos en agua; y
3. Tener una clase de resistencia a la ruptura de firme a muy firme y quebradizo cuando el agua del suelo esta en o cerca de la capacidad de campo; y
4. Restringir la entrada de raíces dentro de la matriz cuando el agua del suelo esta en o cerca de la capacidad de campo.
El término “interdigitaciones de materiales álbicos” se refiere a materiales álbicos que penetran 5 cm o más dentro de un horizonte argílico, kándico o nátrico subyacente a lo largo de las caras verticales de los agregados, y en menor grado en las caras horizontales.
No se requiere que exista un horizonte álbico continuo suprayacente.
Los materiales álbicos constituyen menos de 15 por ciento de las capas que ellos penetran, pero forman esqueletanes continuos (agregados con revestimientos limpios de limo o arena, definidos por Brewer, 1976) de 1 mm o más de espesor en las caras verticales de los agregados, lo que significa una anchura total de 2 mm o más entre agregados colindantes. Debido a que el cuarzo es un constituyente común del limo y la arena, estos esqueletanes usualmente son grises claros cuando húmedos y casi blancos cuando secos, pero su color está determinado en gran parte por el color de la fracción de limo o arena.
Se reconocen a las interdigitaciones de materiales álbicos, si los materiales álbicos:
1. Penetran 5 cm o más dentro de un horizonte argílico o nátrico subyacente; y
2. Tienen un espesor de 2 mm o más entre las caras verticales de los agregados colindantes; y
3. Constituyen menos de 15 por ciento (por volumen) de la capa que penetran.
Las lamelas son un conjunto de finas láminas bandeadas de arcilla iluvial dentro de una regolita no consolidada, frecuentemente en unas arenas.
Una lamela tiene más arcilla silicatada que el horizonte eluvial suprayacente, orientada sobre o uniendo granos de arena y limo.
Las lamelas ocurren en series verticales de dos o más y cada grupo debe tener un horizonte eluvial suprayacente.
Las lamelas pueden satisfacer los requisitos de un horizonte cámbico o de un argílico. Puede ser un horizonte cámbico la combinación de dos o más grupos de lamelas de 15 cm o más de espesor, si la textura es arena muy fina, arena francosa muy fina o más fina. Puede ser un horizonte argílico la combinación de dos o más grupos de lamelas si reúne los requisitos de un espesor acumulativo de 15 cm o más, con un espesor individual de 0.5 cm o más.
1. La suma del espesor de las distintas lamelas de arcilla iluvial ha de superar los e 50 cm de espesor; y
2. Un contenido de arcilla de ya sea:
a. un 3 por ciento o más alto (absoluto) que el horizonte eluvial suprayacente (por ejemplo: 13 por ciento contra 10), si cualquier parte del horizonte eluvial tiene menos de 15 por ciento de arcilla en la fracción de tierra-fina; o
b. un 20 por ciento o más alto (relativo) que el horizonte eluvial suprayacente (por ejemplo: 24 por ciento contra 20), si en todas partes del horizonte eluvial tiene más de 15 por ciento de arcilla en la fracción de tierra-fina.
Los materiales espódicos son materiales minerales de suelo que no tienen todas las propiedades de un horizonte argílico o de un kándico; están dominados por materiales amorfos activos que son iluviales y que están compuestos por materia orgánica y aluminio, con o sin hierro y tienen ambas de las siguientes:
1. Un valor de pH en agua (1:1) de 5.9 o menos y un contenido de carbono-orgánico de 0.6 o más; y
2. Una o ambas de las siguientes:
a. Un horizonte álbico suprayacente que se extiende horizontalmente en 50 por ciento o más de cada pedón y tiene directamente abajo del horizonte álbico, colores en húmedo (en una muestra molida y homogeneizada), como sigue:
(1) Un hue de 5YR o más rojizo; o
(2) Un hue de 7.5 YR, un value de 5 o menos y un croma de 4 o menos; o
(3) Un hue de 10YR o neutro y un value y un croma de 2 o menos; o
(4) Un color de 10YR3/1; o
b. Con o sin horizonte álbico y uno de los colores listados anteriormente o un hue de 7.5YR, un value, en húmedo, de 5 o menos y un croma de 5 o 6 (en una muestra molida y homogeneizada) y una o más de las siguientes propiedades morfológicas o químicas:
(1) Una cementación por materia orgánica y aluminio con o sin hierro, en 50 por ciento o más de cada pedón y una clase de resistencia a la ruptura muy firme o extremadamente firme en la parte cementada; o
(2) 10 por ciento o más de revestimientos agrietados sobre los granos de arena; o
(3) Porcentajes de Al + 1⁄2 Fe (por oxalato de amonio) de 0.50 o más y la mitad o menos de esa cantidad en un epipedón úmbrico suprayacente (o en un subhorizonte del epipedón úmbrico) o en un epipedón ócrico o en un horizonte álbico; o
(4) Un valor de la densidad óptica del extracto con oxalato (DOEO) de 0.25 o más y la mitad o menos del valor cuando mucho o menos en un epipedón úmbrico suprayacente (o en un subhorizonte del epipedón úmbrico) o en un epipedón ócrico o en un horizonte álbico.
El vidrio volcánico es típicamente un componente dominante en tefras relativamente no intemperizadas. El intemperísmo y la transformación mineral del vidrio volcánico pueden producir minerales de orden de rango corto, tales como alofano, imogolita y ferrihídrita.
El contenido de vidrio volcánico es el porcentaje (por conteo de granos) de vidrio, granos minerales revestidos de vidrio, agregados vítreos y materiales vidriosos en la fracción de 0.02 a 2.0 mm. Típicamente, el contenido está determinado por una fracción de un tamaño de partícula (es decir, limo grueso, arena muy fina y arena fina) y se usa como una estimación del contenido de vidrio de la fracción de 0.02 a 2.0 mm.
La crioturbación (esmerilado con frío) es el mezclado de la matriz del suelo dentro del pedón que da por resultado horizontes irregulares o interrumpidos, involuciones, acumulaciones de materia orgánica sobre el permafrost, fragmentos de roca orientados y limos cubiertos sobre fragmentos de roca.
Los materiales sulfídicos contienen compuestos de azufre oxidables.
Son materiales orgánicos o minerales de suelo, con un valor de pH mayor de 3.5, y los cuales, si se incuban como una capa de 1 cm de espesor bajo condiciones aeróbicas húmedas (capacidad de campo) a temperatura ambiente, muestran una disminución en el pH de 0.5 o más unidades a un pH de 4 o menos (relación 1:1 por peso en agua o con un mínimo de agua para permitir la medición) dentro de un tiempo de 8 semanas.
Los materiales sulfídicos se acumulan como un suelo o un sedimento que está permanentemente saturado, generalmente con aguas salobres. Los sulfatos en agua se reducen biológicamente a sulfitos como materiales acumulados. Los materiales sulfidicos son más comunes en pantanos costeros cercanos a las desembocaduras de ríos que acarrean sedimentos no calcáreos, pero pueden ocurrir en pantanos de agua dulce si existen sulfuros en el agua. Los materiales sulfidicos en mesetas se pueden haber acumulado en el pasado geológico en forma similar. Si un suelo que contiene materiales sulfidicos se drena o si los materiales sulfidicos son expuestos a condiciones aeróbicas, los sulfuros se oxidan y forman ácido sulfúrico. El valor del pH, normalmente cercano a la neutralidad antes de drenarse o exponerse, puede disminuir por abajo de 3. El ácido puede inducir a la formación de sulfatos de hierro y de aluminio. El sulfato de hierro, jarosita, se segrega y forma motas amarillo-brillantes que caracterizan al horizonte sulfúrico.
La transición de los materiales sulfidicos al horizonte sulfúrico normalmente requiere de muy pocos años y puede ocurrir, más aún, en pocas semanas. Si una muestra de materiales sulfidicos se seca lentamente al aire bajo sombra por cerca de dos meses, con rehumedecimiento ocasional, se volverá extremadamente ácida.
Las condiciones anhídridas (Gr. anydros, sin agua) se refieren a las condiciones de humedad de los suelos en desiertos muy fríos y en otras áreas con permafrost. Estos suelos típicamente tienen una baja precipitación (usualmente menor de 50 mm de agua equivalente por año) y un contenido de humedad menor a 3 por ciento por peso. Las condiciones anhídridas de suelo son similares a los regimenes de humedad arídicos (tórridos), excepto porque la temperatura del suelo a 50 cm es menor de 5 oC a través del año en las capas de suelo que tienen esta condición.
Los suelos con condiciones anhídridas tienen una temperatura media anual del suelo de 0ºC o más fría. La capa de 10 a 70 cm abajo de la superficie del suelo tiene una temperatura del suelo menor de 5 oC durante todo el año y esta capa:
1. No incluye un permafrost cementado por hielo; y
2. Está seca (con agua retenida a 1500 kPa o más) en la mitad o más del suelo durante la mitad o más del tiempo endonde la capa tiene una temperatura del suelo por arriba de 0º C; o
3. Tiene una clase de resistencia a la ruptura de suelta a ligeramente dura en todo su espesor cuando la temperatura del suelo es de 0 oC o más fría, excepto cuando ocurre un horizonte pedogenético cementado.
Un contacto petroférrico (Gr. petra, piedra y L. ferrum, hierro, implica piedra de hierro) es un límite entre un suelo y una capa continua de material endurecido en el cual el hierro es un cementante importante, mientras que la materia orgánica no existe o sólo se presenta en trazas. La capa endurecida puede ser continua dentro de los límites de cada pedón, pero puede estar fracturada si la distancia lateral promedio entre las fracturas es de 10 cm o más. De hecho, esta capa petroférrica contiene poca o nada de materia orgánica lo que la distingue del horizonte plácico y del horizonte espódico endurecido (orstein) que sí la contienen.
Varias rasgos pueden ayudar para distinguir entre un contacto lítico y un contacto petroférrico:
Primero, un contacto petroférrico está más o menos horizontal.
Segundo, el contenido de hierro en el material que está inmediatamente abajo del contacto petroférrico es alto (normalmente 30 por ciento o más de Fe2O3).
Tercero, las láminas de piedra de hierro abajo del contacto petroférrico son delgadas y su espesor varía de unos pocos cm a muy pocos metros. La arenisca, por otro lado, puede ser muy delgada o muy espesa, puede estar nivelada o inclinada, y puede contener un pequeño porcentaje de Fe2O3. En los trópicos la piedra de hierro es más o menos vesicular.
La plintita (Gr. plinthos, ladrillo) es una mezcla de arcilla con cuarzo y otros diluyentes, rica en hierro y pobre en humus. Comúnmente, ocurre como concentraciones redox rojo oscuras, que usualmente forman patrones laminares, poligonales o reticulares. La plintita cambia irreversiblemente a un pan endurecido férrico o a agregados irregulares al exponerla a humedecimientos y secados repetidos, en especial si se le expone al calor del sol.
La plintita es firme o muy firme cuando el contenido de humedad del suelo está cerca de la capacidad de campo y dura cuando el contenido de humedad esta abajo del punto de marchitamiento. La plintita no se endurece irreversiblemente como resultado de un ciclo simple de secado y rehumedecimiento. Después de un secado simple y su posterior rehumedecimiento, esta puede ser dispersada en gran proporción por agitación en agua con un agente dispersante.
En un suelo húmedo, la plintita es lo suficientemente suave para ser cortada con una pala. Después del endurecimiento irreversible, ya no es considerada como plintita pero puede ser denominada como piedra de hierro. Los materiales endurecidos de piedra de hierro pueden romperse con la pala, pero no pueden ser dispersados con la agitación en agua con un agente dispersante.
En general, la plintita se forma en un horizonte que está saturado con agua en algún período del año. La segregación original del hierro normalmente está en forma de concentraciones redox rojas o rojas oscuras blandas, más o menos arcillosas. Estas concentraciones redox no son consideradas como plintita a menos que exista suficiente segregación de hierro para permitir el endurecimiento irreversible, al exponerlo al humedecimiento y secado.
El límite inferior de una zona en la cual la plintita ocurre generalemnte es difuso y gradual, pero puede ser abrupta en una discontinuidad litológica.
En esta taxonomía se distinguen tres diferentes clases de materiales orgánicos que se basan en el grado de descomposición de los materiales vegetales que se derivan. Las tres clases son: (1) Fíbrico, (2) Hémico, y (3) Sáprico. Debido a la importancia del contenido de fibras en las definiciones de estos materiales, se define primero lo que se entiende por fibras antes de las clases de materiales orgánicos de suelo.
Las Fibras son partes de los tejidos vegetales en los materiales orgánicos de suelo (excluyendo a las raíces vivas) que:
1. Son lo suficientemente grandes para ser retenidas sobre un tamiz de malla-100 (apertura de 0.15 mm de diámetro) cuando son cribados; y
2. Muestran evidencias de la estructura celular de las plantas de las cuales se derivan; y
3. Son de 2 cm o menos en su dimensión más pequeña, o están lo suficientemente descompuestas para ser molidas o desmenuzadas con los dedos.
Pedazos de madera mayores de 2 cm en su sección transversal y poco descompuestos que no pueden ser molidos y desmenuzados con los dedos, tales como, ramas grandes, troncos y tocones, no se les considera como fibras, pero sí como fragmentos orgánicos gruesos (comparables con las gravas, piedras y guijarros en los suelos minerales).
Los materiales fíbricos de suelo son materiales orgánicos de suelo que:
1. Contienen tres cuartas partes o más (por volumen) de fibras después de molidos, excluyendo los fragmentos gruesos; o
2. Contienen dos quintas partes o más (por volumen) de fibras después de molidos, excluyendo los fragmentos gruesos, con colores de values y cromas de 7/1, 7/2, 8/1, 8/2 o 8/3 (fig.2), sobre papel cromatográfico blanco o papel filtro, que se inserta dentro de la pasta hecha con los materiales del suelo en una solución de pirofosfato de sodio.
Los materiales hémicos de suelo (Gr. hemi, medio, implica una descomposición intermedia), son intermedios en su grado de descomposición entre los materiales fíbricos menos descompuestos y los materiales sápricos más descompuestos. Sus rasgos morfológicos dan valores intermedios para el contenido de fibras, densidad aparente y contenido de agua. Los materiales hémicos de suelo están parcialmente alterados, tanto física como bioquímicamente.
Los materiales sápricos de suelo (Gr. sapros, podrido), son los de mayor grado de descomposición de las tres clases de materiales orgánicos de suelo. Tienen la cantidad más pequeña de fibras vegetales, la densidad aparente más alta y el menor contenido de agua a saturación en base a peso seco. Los materiales sápricos de suelos comúnmente son grises muy oscuros a negros. Son relativamente estables, es decir, cambian muy poco física y químicamente con el tiempo en comparación con otros materiales orgánicos de suelo.
Los materiales sápricos tienen las siguientes características:
1. El contenido de fibra, después de ser molidos, es menor de un sexto (por volumen), excluyendo los fragmentos gruesos; y
2. El color del extracto con pirofosfato de sodio sobre papel cromatográfico blanco o papel filtro está abajo o a la derecha de la línea dibujada que excluye a los cuadros 5/1, 6/2 y 7/3. Si no se detectan fibras o son muy pocas y el color del extracto con pirofosfato está a la izquierda o sobre esa línea, se puede considerar la posibilidad de que se trate de un material límnico.
El material humilúvico, es decir, humus iluvial, se acumula en las partes inferiores de algunos suelos orgánicos, que son ácidos y que han sido drenados y cultivados. Los materiales humilúvicos tienen una edad en C14 que no es mayor a la de los materiales orgánicos suprayacentes. Tienen una alta solubilidad en pirofosfato de sodio y se rehumedecen muy lentamente después de secarse; más comúnmente, se acumulan cerca de un contacto con un horizonte mineral arenoso.
Para reconocer al material humilúvico como una característica diferenciadora en clasificación, el material humilúvico deberá constituir la mitad o más (por volumen) de una capa de 2 cm o más de espesor.
Los materiales límnicos incluyen tanto a materiales orgánicos como inorgánicos que fueron, ya sea:
(1) depositados en agua por precipitación o a través de la acción de organismos acuáticos, tales como algas o diatomeas, o
(2) derivados a partir de plantas bajo el agua y de plantas acuáticas flotantes y subsecuentemente modificadas por organismos acuáticos. Incluyen a la tierra coprogénica (turba sedimentaria), tierra de diatomeas y margas.
La presencia o ausencia de depósitos límnicos se considera en las categorías superiores de los Histosols, pero no de los Histels. La naturaleza de tales depósitos es considerada en las categorías inferiores de los Histosols.
Una capa de tierra coprogénica (turba sedimentaria) es una capa límnica que:
1. Contiene muchas bolitas fecales con diámetros entre unos centésimos y unos décimos de milímetro; y
2. Tiene un color del value, en húmedo, de 4 o menos; y
3. Forma con agua una suspensión ligeramente viscosa, que no es plástica o ligeramente plástica pero no pegajosa, o se contrae cuando se seca para formar terrones que son difíciles de rehumedecer y con frecuencia tienden a agrietarse a lo largo de planos horizontales; y
4. Produce, en un extracto saturado de pirofosfato de sodio que sobre un papel cromatográfico blanco o un papel filtro, un value de 4 o más alto y un croma de 2 o más bajo (fig. 2), o tiene una capacidad de intercambio catiónico menor de 240 cmol(+) por kg de materia orgánica (medida por pérdida en ignición), o ambas.
Los suelos con condiciones ácuicas (L. aqua, agua) son aquellos que actualmente presentan una saturación en agua con reducción continua o periódica.
verdosos o azulados de bajos cromas (hidromorfía intensa por mantos freáticos, proceso de gleyzación; gleysoles en la WRB FAO) u horizontes abigarrados de zonas entremezcladas de colores grises y otros rojizos (hidromorfía temporal, típicamente por agua pluvial colgada, proceso de pseudogleyzación; estagnosoles de la WRB FAO). Ambas situacines darían Aqualfs, Aquults, Aquents, Aquepts y Aquolls.
La presencia de tales condiciones es indicada por rasgos redoximórficos, excepto en los Histosols e Histels y pueden verificarse, por la medición de la saturación y la reducción, excepto en suelos drenados artificialmente.
Elementos de condiciones ácuicas son los siguientes:
1. Saturación caracterizada por una presión de cero o positiva en el agua del suelo y puede ser determinada, en general, observando el agua libre en un hoyo de barrena no alineado. Sin embargo, pueden surgir problemas en suelos arcillosos agregados, donde el hoyo de la barrena no alineado puede llenarse con agua que fluye a lo largo de las caras de los agregados mientras que la matriz del suelo está y permanece no saturada (flujo de paso). Tal agua libre puede sugerir incorrectamente la presencia de un nivel de agua, aunque el verdadero nivel de agua se encuentre a una mayor profundidad. Por lo que se recomienda el uso de piezómetros o tensiometros bien sellados para medir la saturación. Sin embargo y a pesar de ello, se pueden presentar problemas, si el agua corre dentro de los cortes del piezómetro cerca de la parte inferior del hoyo del piezómetro o si se usan tensiómetros con manómetros que reaccionan lentamente. El primer problema puede ser resuelto por el uso de piezómetros con cortes muy pequeños y el segundo, por el uso de tensiometría transductora, los cuales reaccionan más rápidamente que los manómetros. Los suelos se consideran mojados, si tienen una presión principal mayor a -1 kPa. Solamente los macroporos tales como las grietas, los agregados o los canales están llenos de aire y la matriz del suelo está usualmente saturada. Obviamente, la medición exacta del estado de humedecimiento se puede obtener sólo con tensiómetros. Para propósitos operacionales, el uso de piezómetros se recomienda como un método estándar.
La duración de la saturación que se requiere para crear condiciones ácuicas es variable, depende del ambiente del suelo y no está especificado.
Se han definido tres tipos de saturación:
a. Endosaturación.--El suelo está saturado con agua en todas las capas a partir del límite superior de saturación hasta una profundidad de 200 cm o más de la superficie del suelo mineral.
b. Episaturación.--El suelo está saturado con agua en una o más capas dentro de los 200 cm de la superficie del suelo mineral y también tiene una o más capas no saturadas, con un limite superior arriba de los 200 cm de profundidad, y por abajo de la capa saturada, es decir, el nivel freático está localizado sobre una capa relativamente impermeable.
c. Saturación Ántrica.--Este término se refiere a un tipo especial de condiciones ácuicas que ocurren en suelos que están cultivados e irrigados (riego por inundación). Los suelos con condiciones antrácuicas deberán cumplir los requisitos para condiciones ácuicas y en adición tienen ambas de las siguientes:
(1) Una capa superficial cultivada e inmediatamente subyace una capa con permeabilidad lenta que tiene, para 3 meses o más en años normales, ambas:
(a) Saturación y reducción; y
(b) Un croma en la matriz de 2 o menos; y
(2) Un horizonte subsuperficial con una o ambas de las siguientes:
Empobrecimientos redox con un color del value, en húmedo, de 4 o más y un croma de 2 o menos en macroporos; o
(b) Concentraciones redox de hierro; o (c) 2 veces o más cantidad de hierro (por ditionito citrato) que la contenida en la capa superficial cultivada.
2. El grado de reducción en un suelo se puede caracterizar por la medición directa de los potenciales redox.
Las mediciones directas deberán tomar en cuenta los equilibrios químicos como se expresan en los diagramas de estabilidad en los libros de texto de suelos. Los procesos de oxidación y reducción también son una función del pH del suelo. Medidas exactas del grado de reducción en los suelos son difíciles de obtener. En el contexto de esta taxonomía, sin embargo, se considera solamente el grado de reducción que resulte del hierro reducido, ya que produce rasgos visibles redoximórficos que se identifican en las claves.
Se dispone de una prueba de campo simple para determinar si se presentan iones de hierro reducido. Una muestra fresca de suelo saturada en condiciones de campo es quebrada y sobre una de las superficies recientemente expuesta se le aplica una solución de dipiridil- alfa, alfa neutral, con acetato de amonio 1-normal. El surgimiento de un color rojo intenso sobre la superficie recientemente expuesta, indica la presencia de iones de hierro reducidos. Una reacción positiva a la prueba de campo para hierro ferroso con dipiridil-alfa, alfa (Childs, 1981), se puede usar para confirmar la existencia de condiciones de reducción y es especialmente útil en situaciones en donde, a pesar de la saturación, los indicadores morfológicos normales de tales condiciones estén ausentes o enmascarados (como por los colores obscuros característicos de los grandes grupos melánicos). Una reacción negativa, no implica sin embargo, que las condiciones de reducción estén siempre ausentes. Lo anterior puede significar que el nivel de hierro libre en el suelo este por abajo del límite de la sensitividad de la prueba o que el suelo esté en una fase de oxidación en el momento de la prueba. El uso del dípiridil- alfa, alfa en una solución de ácido acético al 10 por ciento, no se recomienda porque es común que el ácido cambie las condiciones del suelo; por ejemplo, puede disolver al CaCO3.
No se ha especificado aún la duración requerida de reducción para crear las condiciones ácuicas.
3. Los rasgos redoximórficos asociados con el humedecimiento, resultan de períodos alternos de reducción y oxidación de los compuestos de hierro y manganeso en el suelo. La reducción ocurre durante la saturación con agua y la oxidación cuando el suelo no esta saturado. Los iones de hierro y manganeso en forma reducida son móviles y se pueden transportar por el agua, que es la forma como se mueven en el suelo. Ciertos patrones redox ocurren como una función de los patrones de acarreo por el agua de los iones a través del suelo y como una función de la localización de las zonas aireadas del suelo. Los patrones redox también están afectados por el hecho de que el ión manganeso se reduce más rápidamente que el hierro; mientras que el hierro se oxida más rápidamente al airearse. Estos procesos originan patrones de colores característicos. Los iones reducidos de hierro y manganeso se pueden remover de los suelos, si ocurren flujos de agua verticales o laterales; en tales casos no existe precipitación de hierro y manganeso en esos suelos. Cuando el hierro y el manganeso están oxidados y precipitados, formarán masas suaves o concreciones duras o nódulos. El movimiento del hierro y manganeso como resultado de procesos redox en un suelo puede originar rasgos redoximórficos que se definen a continuación:
a. Concentraciones redox.--Son zonas de acumulación aparente de óxidos de Fe-Mn, que incluyen:
(1) Nódulos y concreciones, que son cuerpos cementados que pueden removerse en forma intacta del suelo. Las concreciones se distinguen de los nódulos con base en su organización interna. Una concreción típicamente tiene capas concéntricas visibles a simple vista. Es común que los nódulos no tengan una estructura con organización interna visible. Los límites son difusos si se forman in situ y son abruptos después de la pedoturbación. Los límites abruptos pueden ser rasgos de relíctos en algunos suelos; y
(2) Masas que son concentraciones de sustancias no cementadas dentro de la matriz; y
(3) Revestimientos de poros, es decir, zonas de acumulación a lo largo de los poros que pueden estar revistiendo a las superficies o impregnando a la matriz adyacente a los poros.
b. Empobrecimientos redox.--Son zonas de bajo croma (cromas menores a los de la matriz) donde los óxidos de Fe-Mn solos o en combinación con la arcilla han sido eliminados incluyendo:
(1) Empobrecimientos de hierro, es decir, zonas con bajos contenidos de óxidos de Fe y Mn, pero tienen un contenido de arcilla similar al de la matriz adyacente (con frecuencia son referidos como albanes o neoalbanes); y
(2) Empobrecimientos de arcilla, es decir, zonas que contienen bajas cantidades de Fe, Mn, y arcilla (con frecuencia son referidos: como revestimientos o esqueletanes de limo).
c. Matriz reducida.--Esta es una matriz de suelo que tiene bajo croma in situ, pero que al menos cambia en el hue o en el croma dentro de los primeros 30 minutos después de que ha sido expuesto el material del suelo al aire.
d. En suelos que no tienen rasgos redoximórficos visibles, pero la reacción a la solución dipiridil- alfa, alfa satisface los requisitos de rasgos redoximórficos.
La experiencia de campo indica que no es posible definir un conjunto específico de rasgos redoximórficos que sean la única característica de todo el taxa en una categoría particular. Por lo tanto, los patrones de colores que sean únicos para taxa específicos se mencionan en las claves.
Las condiciones antrácuicas son una variante de la episaturación y están asociadas con inundaciones controladas (para cultivos tales como el arroz y el arándano agrio), las cuales causan procesos de reducción en la parte saturada, en la superficie encharcada del suelo y oxidación de las formas reducidas de hierro y manganeso y su movilización del subsuelo no saturado.
La crioturbación (esmerilado con frío) es el mezclado de la matriz del suelo dentro del pedón que da por resultado horizontes irregulares o interrumpidos, involuciones, acumulaciones de materia orgánica sobre el permafrost, fragmentos de roca orientados y limos cubiertos sobre fragmentos de roca.
Un contacto dénsico (L. densus, grueso) es un contacto entre el suelo y materiales dénsicos (definidos posteriormente). No tiene grietas o el espaciamiento entre las grietas en las que las raíces pueden penetrar es de 10 cm o más.
Los materiales dénsicos son materiales relativamente no alterados (no reúnen los requisitos de ningún horizonte de diagnóstico nominado o cualquier otra característica de diagnóstico del suelo), con una clase de resistencia a la ruptura no cementada. La densidad aparente o su organización es tal que las raíces no pueden penetrar, excepto por las grietas.
Existen principalmente materiales terrestres, como si estuvieran labrados de flujos de lodo volcánico y algunos materiales compactados mecánicamente, por ejemplo en los cortes de minas. Algunas rocas no cementadas pueden ser materiales dénsicos si son lo suficientemente densos o resistentes para no permitir que las raíces penetren, excepto por las grietas.
Los materiales dénsicos no están cementados y así difieren de los materiales paralíticos y de los materiales que se ubican debajo de un contacto lítico, que están cementados.
Los materiales dénsicos tienen, en su límite superior, un contacto dénsico si no tienen grietas o el espaciamiento entre grietas por las que las raíces penetran es de 10 cm o más. Estos materiales pueden ser usados para la diferenciación de series de suelos, si los materiales están dentro de la sección de control de las series.
Un contacto lítico es un límite entre el suelo y un material subyacente coherente. Excepto en los subgrupos Ruptic-Lithic, el material subyacente deberá ser virtualmente continuo dentro de los límites de un pedón. Las grietas que pueden ser penetradas por las raíces son pocas y su espaciamiento horizontal deberá ser de 10 cm o más. El material subyacente debe ser lo suficientemente coherente, en húmedo, para que sea impracticable excavarlo manualmente con una pala, aunque el material puede ser astillado o raspado con la pala. El material que está abajo del contacto lítico deberá tener una clase de resistencia a la ruptura de fuertemente cementado o extremadamente cementado. Es común que, el material este endurecido. El material subyacente considerado aquí, no incluye a horizontes de diagnóstico de suelos, tales como un duripán o un horizonte petrocálcico.
Un contacto lítico es un diagnóstico a nivel de subgrupo si se encuentra dentro de los 125 cm de la superficie en los Oxisols y dentro de los 50 cm superficiales de los otros suelos minerales. En suelos orgánicos el contacto lítico deberá estar dentro de la sección de control para ser reconocido a nivel de subgrupo.
Un contacto paralítico (parecido a lítico) es un contacto entre el suelo y materiales paralíticos donde los materiales paralíticos no tienen grietas o el espaciamiento entre grietas donde pueden penetrar raíces es de 10 cm o más.
Los materiales paralíticos son materiales relativamente inalterados (no reúnen los requisitos para cualquier otro horizonte de diagnóstico nombrado o alguna de las otras características de diagnóstico del suelo), con una clase de resistencia a la ruptura de débil a moderadamente cementados. La cementación, densidad aparente y organización, son tales que las raíces no pueden penetrar excepto por las grietas. Los materiales paralíticos tienen, en su límite superior, un contacto paralítico, si no tienen grietas o si el espaciamiento entre grietas por las que las raíces penetran es 10 cm o más. Es común que, estos materiales sean lechos rocosos parcialmente intemperizados o lechos rocosos débilmente consolidados, tales como areniscas, pizarras o esquistos. Los materiales paralíticos se pueden usar en la diferenciación de series de suelos, si los materiales están dentro de la sección de control de las series. Los fragmentos de materiales paralíticos de 2.0 mm o más de diámetro están referidos como fragmentos de para-rocas.
Una capa de tierra de diatomeas es una capa límnica que:
1. un color del value de 3, 4 o 5, el cual cambia irreversiblemente con el secado como resultado de la contracción irreversible de los revestimientos de materia orgánica sobre las diatomeas (identificables al microscopio a 440X, sobre muestras secas); y
2. Produce, en un extracto saturado de pirofosfato de sodio que sobre un papel cromatográfico blanco o un papel filtro tiene, un value de 8 o más alto y un croma de 2 o menos, o tiene una capacidad de intercambio catiónico menor de 240 cmol(+) por kg de materia orgánica (por pérdida en ignición), o ambas.
Los materiales gélicos son materiales minerales u orgánicos del suelo que muestran evidencias de crioturbación (esmerilado con frío) y/o segregación de hielo en la capa activa (capa de deshielo estacional) y/o la parte superior del permafrost. La crioturbación se manifiesta por horizontes irregulares e interrumpidos, involuciones, acumulación de materia orgánica sobre la superficie y dentro del permafrost, fragmentos de roca orientados y capas de limo-enriquecido. Las estructuras características asociadas con materiales gélicos incluyen a las macroestructuras: laminar, blocosa o granular; resultados estructurales de todo tipo; y fabricas orbiculares, congloméricas, bandeadas o vesículares. La segregación por hielo se manifiesta por la presencia de lentes de hielo, venas de hielo, cristales segregados de hielo y cuñas de hielo. Los procesos criopedogenéticos que les ocurren a los materiales gélicos están dirigidos por los cambios físicos de volumen al convertirse el agua en hielo, por la migración de la humedad a lo largo de gradientes térmicos en el sistema de congelamiento o por las contracciones térmicas del material congelado por un enfriamiento rápido y continuo.
Una capa glácica es hielo masivo o hielo basal en forma de lentes o cuñas de hielo. La capa tiene un espesor de 30 cm o más y contiene 75 por ciento o más de hielo visible.
El permafrost está definido como una condición térmica en la cual un material (incluyendo material del suelo) se mantiene por debajo de 0 oC por 2 o más años en sucesión. Aquellos materiales gélicos que tienen permafrost contienen una solución del suelo no congelada que conduce a los procesos criopedogenéticos. El permafrost puede estar cementado por hielo o en el caso de agua intersticial insuficiente, puede estar seco. La capa congelada tiene una variedad de lentes de hielo, venas de hielo, cristales de hielo segregados y cuñas de hielo. El nivel del permafrost está en equilibrio dinámico con el ambiente.
Los materiales sulfídicos contienen compuestos de azufre oxidables.
Son materiales orgánicos o minerales de suelo, con un valor de pH mayor de 3.5, y los cuales, si se incuban como una capa de 1 cm de espesor bajo condiciones aeróbicas húmedas (capacidad de campo) a temperatura ambiente, muestran una disminución en el pH de 0.5 o más unidades a un pH de 4 o menos (relación 1:1 por peso en agua o con un mínimo de agua para permitir la medición) dentro de un tiempo de 8 semanas.
Los materiales sulfídicos se acumulan como un suelo o un sedimento que está permanentemente saturado, generalmente con aguas salobres. Los sulfatos en agua se reducen biológicamente a sulfitos como materiales acumulados. Los materiales sulfidicos son más comunes en pantanos costeros cercanos a las desembocaduras de ríos que acarrean sedimentos no calcáreos, pero pueden ocurrir en pantanos de agua dulce si existen sulfuros en el agua. Los materiales sulfidicos en mesetas se pueden haber acumulado en el pasado geológico en forma similar. Si un suelo que contiene materiales sulfidicos se drena o si los materiales sulfidicos son expuestos a condiciones aeróbicas, los sulfuros se oxidan y forman ácido sulfúrico. El valor del pH, normalmente cercano a la neutralidad antes de drenarse o exponerse, puede disminuir por abajo de 3. El ácido puede inducir a la formación de sulfatos de hierro y de aluminio. El sulfato de hierro, jarosita, se segrega y forma motas amarillo-brillantes que caracterizan al horizonte sulfúrico.
La transición de los materiales sulfidicos al horizonte sulfúrico normalmente requiere de muy pocos años y puede ocurrir, más aún, en pocas semanas. Si una muestra de materiales sulfidicos se seca lentamente al aire bajo sombra por cerca de dos meses, con rehumedecimiento ocasional, se volverá extremadamente ácida.