En esta taxonomía se distinguen tres diferentes clases de materiales orgánicos que se basan en el grado de descomposición de los materiales vegetales que se derivan. Las tres clases son: (1) Fíbrico, (2) Hémico, y (3) Sáprico. Debido a la importancia del contenido de fibras en las definiciones de estos materiales, se define primero lo que se entiende por fibras antes de las clases de materiales orgánicos de suelo.
Las Fibras son partes de los tejidos vegetales en los materiales orgánicos de suelo (excluyendo a las raíces vivas) que:
1. Son lo suficientemente grandes para ser retenidas sobre un tamiz de malla-100 (apertura de 0.15 mm de diámetro) cuando son cribados; y
2. Muestran evidencias de la estructura celular de las plantas de las cuales se derivan; y
3. Son de 2 cm o menos en su dimensión más pequeña, o están lo suficientemente descompuestas para ser molidas o desmenuzadas con los dedos.
Pedazos de madera mayores de 2 cm en su sección transversal y poco descompuestos que no pueden ser molidos y desmenuzados con los dedos, tales como, ramas grandes, troncos y tocones, no se les considera como fibras, pero sí como fragmentos orgánicos gruesos (comparables con las gravas, piedras y guijarros en los suelos minerales).
Los materiales fíbricos de suelo son materiales orgánicos de suelo que:
1. Contienen tres cuartas partes o más (por volumen) de fibras después de molidos, excluyendo los fragmentos gruesos; o
2. Contienen dos quintas partes o más (por volumen) de fibras después de molidos, excluyendo los fragmentos gruesos, con colores de values y cromas de 7/1, 7/2, 8/1, 8/2 o 8/3 (figura 2), sobre papel cromatográfico blanco o papel filtro, que se inserta dentro de la pasta hecha con los materiales del suelo en una solución de pirofosfato de sodio.
Los materiales hémicos de suelo (Gr. hemi, medio, implica una descomposición intermedia), son intermedios en su grado de descomposición entre los materiales fíbricos menos descompuestos y los materiales sápricos más descompuestos. Sus rasgos morfológicos dan valores intermedios para el contenido de fibras, densidad aparente y contenido de agua. Los materiales hémicos de suelo están parcialmente alterados, tanto física como bioquímicamente.
Los materiales sápricos de suelo (Gr. sapros, podrido), son los de mayor grado de descomposición de las tres clases de materiales orgánicos de suelo. Tienen la cantidad más pequeña de fibras vegetales, la densidad aparente más alta y el menor contenido de agua a saturación en base a peso seco. Los materiales sápricos de suelos comúnmente son grises muy oscuros a negros. Son relativamente estables, es decir, cambian muy poco física y químicamente con el tiempo en comparación con otros materiales orgánicos de suelo.
Los materiales sápricos tienen las siguientes características:
1. El contenido de fibra, después de ser molidos, es menor de un sexto (por volumen), excluyendo los fragmentos gruesos; y
2. El color del extracto con pirofosfato de sodio sobre papel cromatográfico blanco o papel filtro está abajo o a la derecha de la línea dibujada que excluye a los cuadros 5/1, 6/2 y 7/3 (figura 2). Si no se detectan fibras o son muy pocas y el color del extracto con pirofosfato está a la izquierda o sobre esa línea, se puede considerar la posibilidad de que se trate de un material límnico.
El material humilúvico, es decir, humus iluvial, se acumula en las partes inferiores de algunos suelos orgánicos, que son ácidos y que han sido drenados y cultivados. Los materiales humilúvicos tienen una edad en C14 que no es mayor a la de los materiales orgánicos suprayacentes. Tienen una alta solubilidad en pirofosfato de sodio y se rehumedecen muy lentamente después de secarse; más comúnmente, se acumulan cerca de un contacto con un horizonte mineral arenoso.
Para reconocer al material humilúvico como una característica diferenciadora en clasificación, el material humilúvico deberá constituir la mitad o más (por volumen) de una capa de 2 cm o más de espesor.
Los materiales límnicos incluyen tanto a materiales orgánicos como inorgánicos que fueron, ya sea:
(1) depositados en agua por precipitación o a través de la acción de organismos acuáticos, tales como algas o diatomeas, o
(2) derivados a partir de plantas bajo el agua y de plantas acuáticas flotantes y subsecuentemente modificadas por organismos acuáticos. Incluyen a la tierra coprogénica (turba sedimentaria), tierra de diatomeas y margas.
La presencia o ausencia de depósitos límnicos se considera en las categorías superiores de los Histosols, pero no de los Histels. La naturaleza de tales depósitos es considerada en las categorías inferiores de los Histosols.
Una capa de tierra coprogénica (turba sedimentaria) es una capa límnica que:
1. Contiene muchas bolitas fecales con diámetros entre unos centésimos y unos décimos de milímetro; y
2. Tiene un color del value, en húmedo, de 4 o menos; y
3. Forma con agua una suspensión ligeramente viscosa, que no es plástica o ligeramente plástica pero no pegajosa, o se contrae cuando se seca para formar terrones que son difíciles de rehumedecer y con frecuencia tienden a agrietarse a lo largo de planos horizontales; y
4. Produce, en un extracto saturado de pirofosfato de sodio que sobre un papel cromatográfico blanco o un papel filtro, un value de 4 o más alto y un croma de 2 o más bajo (fig. 2), o tiene una capacidad de intercambio catiónico menor de 240 cmol(+) por kg de materia orgánica (medida por pérdida en ignición), o ambas.